miércoles, 2 de diciembre de 2009

Clotilde Sabattini: Se perdona tanto como se ama

Comienzo de la novela Se perdona tanto como se ama, una vida de Clotilde Sabattini de Barón Biza
de José Luis Thomas.
176 páginas
Pirca Ediciones



La habitación del Otamendi apenas iluminada, descubre el cuerpo de Clotilde amurallado por el dolor. Sólo han pasado algunas horas desde que el ácido quemara su hermoso rostro.
El interminable fuego del terror arrasa desde todos los rincones.
La tragedia amordaza los corazones más cercanos y nadie se atreve a decirle que Raúl se ha suicidado. Ella es fuerte y tiene mucho amor propio, si se lo dice el médico lo sobrellevará —asevera una voz familiar.
Y lo sobrellevó.
—¿Qué responsabilidad me cabe a mí en esto? —dijo, aún en una pregunta que iba mucho más allá del entendimiento medio.
—¡Por Dios, ¿qué decís? ¿Qué responsabilidad podés tener vos en esto, por el contrario. —Respondió su hermana.
Un breve diálogo y luego el silencio. Clotilde sintió y supo que a partir de este instante estaba definitivamente sola. Ni hijos, ni hermanas, nada. La soledad de los que comprenden no cabe en las mentes ordinarias.
Uno de los sentidos de su vida, quizás el de mayor peso, comenzaba a perderse en el tiempo, hasta que el olvido de todos los olvidos la borrara de la faz de la tierra.
En el oscuro silencio de una mirada casi borrada, de unos párpados desolados, su mente infrecuente estaba intacta.
Ya no habría necesidad de divorcio. Ni bienes que separar, ni hijos divididos entre padre y madre. Se había detenido el péndulo; no cabían las huidas ni los retornos. La urgencia del vínculo que sólo ellos eran capaces de satisfacer, entraba en la noche clausurando el devenir; ponía fin a la tortura de amar y tratar de salirse del amor como se sale de otros enredos, en los que no interviene el inframundo que se revela en los cuerpos que se arrebatan desde algún rincón oscuro, inexpugnable, donde la razón no puede avanzar aunque el intelecto tenga el mayor coeficiente de inteligencia.
Un punto ciego que no se conoce sino viviendo.
Caen los mundos uno tras otro. Caen las vergüenzas y se amontonan sobre el dilema de la luz. Caen los misterios del alma. Ruedan los imposibles y se retuerce el grito del amor lacerado y se lacera el amor al hacerlo. Se vive la pasión y se muere sin remedio.
La luz pequeña y tibia del mediodía parpadea entre los pliegues de las persianas. Un perfume fuerte de desinfectante invade lo real y se desvanece el misterio de las almas.
Momentos de incertidumbre. Voces. Rumores. Murmullos. Frases sin sentido. Palabrerío. Idas y venidas. Nadie se atreve a comprender porque hacerlo sería ampliar las fronteras de las determinaciones culturales.

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martes, 24 de noviembre de 2009

Antonio Salonia envía comentario a José Luis Thomas por su reciente novela SE PERDONA TANTO COMO SE AMA, una vida de Clotilde Sabattini de Barón Biza


El Profesor Antonio Salonia que fuera compañero de tareas de Clotilde Sabattini y posteriormente amigo; fue unas de las fuentes de las que José Luis Thomas se nutrió para dar forma y vida a la entrañable Clotilde.



Luego de aparecida la novela; Thomas le envía un ejemplar a Salonia y éste le responde con la presente carta, dando muestra de su satisfacción por la novela; brindando conceptos altamente elogiosos para el autor.



Thomas publica la carta a modo de agradecimiento y en la certeza de compartir con Antonio Salonia, un profundo afecto por Clotilde Sabattini.

jueves, 12 de noviembre de 2009

José Luis Thomas y su Espectáculo Pasiones Diagonales

Pasiones Diagonales es el reciente trabajo de José Luis Thomas, presentado en La Casa de la cultura de Alta Gracia.

En el marco escenográfico natural de uno de los patios de la casona y rodeado por numeroso público, Thomas dejó fluir todo su caudal artístico en una combinación de actuación y danza, donde el lenguaje corporal y vocal, se unieron a una fluidez interna que se manifestaba con la interpretación de cada uno de los temas. Pasó por textos de variados autores, en castellano, francés e italiano. Conjugó palabra y movimiento en un apasionado y voluptuoso arte, donde el alma y los sentidos se amalgamaron con todo el fuego propio de una personalidad no convencional, que como él mismo manifiesta "no creo en las modas, sino en los estilos".
Interpretó textos de Olga Orozco, Jacques Prevert, Norma Arceguet, Norberto García Yudé, Segio Corazzini, Discépolo, Rafael de León, Alfonsina Storni, bailó temas de Misia y de Massenet; entre otros.

Piano: Ana Belén Poyrazian
La participación de Lela Cejas
Sonido: Walter Renato Sánchez
La producción y Dirección General estuvo a cargo de Norberto García Yudé
Auspiciado por Alianza Francesa de Alta Gracia, Notiserrano y Pirca Ediciones.








































































domingo, 18 de octubre de 2009

Expo de San Francisco-Córdoba

Fotografías tomadas en la Expo de San Francisco. José Luis Thomas junto a la escritora local Lilian López Stoppani, que dirige el Café Literario.
También se lo ve a Norberto García Yudé.
En esta ocasión presentaron cada uno sus novelas: Se perdona tanto como se ama, una vida de Clotilde Sabattini de Barón Biza de Thomas y Extrañas Maniobras de Yudé


Feria del Libro de Villa María-Córdoba

En ocasión de la presentación de la reciente novela de José Luis Thomas "Se perdona tanto como se ama, una vida de Clotilde Sabattini de Barón Biza".
Norberto García Yudé se refirió a la obra en el auditorio del predio ferial.
Clotilde Sabattini y su familia son parte de la historia de Villa María.
Fotografías tomadas en el Stan de SADE, entre otros podemos ver a Norberto García Yudé y a la escritora local Cristina Pablos.
El poeta Normand Argarate es uno de los fervientes impulsores de esta Feria.



sábado, 17 de octubre de 2009

Presentación del Libro La Serranita, su historia


















Presentación del libro La Serranita, su historia el la comuna de esa villa serrana.

José Luis Thomas y Norberto García Yudé, autores del libro, realizaron la presentación en la que un numeroso participó del evento.

En la fotografías:
Arriba:Thomas junto a Norma Rabellino, Presidente Comunal de Villa La Bolsa y Antonio Alberto Bruno, Presidente Comunal de Los Aromos.
Abajo:
Titi Stöll, una de las más antiguas vecinas de la Villa junto a su hija y los autores.

martes, 6 de octubre de 2009

Como en guerra civil

Como en
Guerra Civil

por José Luis Thomas
(Artículo aparecido en Notiserrano Nº 99- 2009)

Sin bombas y sin misiles. Silenciosamente, entre nos, como si todo estuviera bien.
¡Estamos en guerra civil!

¿Qué escribe este hombre? –dirá usted y agregará –¡Está loco! ¡Es un exagerado! ¡Delira!
Y le respondo: es posible. Tal vez usted tenga razón. Sólo que la realidad me avala. —No comprendo –agrega usted.
¡Calma! Trataré de darle mi visión –respondo.
Es posible que mi afirmación con la que comienzo esta reflexión parezca a primera vista exagerada y propia de una visión pesimista; pero cuando uno dedicó su vida a mirar más allá de lo que está a la vista y a leer bajo el agua; realiza conexiones abstractas que revelan la trama de la realidad iluminada desde un ángulo liberado de pudores, pruritos, convencionalismos, temores y acomodaciones a esa realidad que vivimos y sentimos en carne propia, pero que al mismo tiempo no queremos asumir, porque duele demasiado y porque asusta la desmesura de lo que revelan los hechos, que nos involucran y que no podemos soportar.
Los hechos son la médula de la sustancia social. Y esos hechos son ejecutados por cada uno de nosotros. Devienen de lo que hay en nuestra conciencia; es decir en nuestra mente y nuestro corazón. Sólo que en el convencimiento de estar ejerciendo nuestra supervivencia, entramos en el juego, revistiendo con un viso de normalidad, y justificando los desajustes, en virtud de considerarnos influenciados por el medio. Es en este mismo concepto de responder a la influencia del entorno, donde se comienza a trazar el perfil del accionar belicoso soterrado y solapado. Lisa y llanamente: cada uno hace la suya, y sálvese quien pueda. Así lo decimos a diario, lo escuchamos y lo hacemos.
Tenemos la idea de que estar en guerra es cuando hay bombas, misiles, tiros, toques de queda y violencia explícita extrema de unos contra otros. De un bando y del otro. Pero una guerra civil, usted lo sabe, es una guerra entre hermanos y ésa es la guerra que siento que estamos librando cada día de manera consecuente y creciente, y no porque nos arrojemos bombas; nos arrojamos resentimiento de clases, discriminación, odios, competiciones, fraudes, especulaciones, anomia, entre otras peligrosos explosivos.
Y no estoy hablando de la inseguridad, que es violencia explícita y declarada, asumida y tolerada por todos nosotros y por la cúpula inservible de los gobiernos; sino por la raíz de esa violencia que lentamente nos lleva a enfrentarnos, a desconfiar, a temer, a atrincherarnos de manera obsesiva y psicótica tratando de asegurar nuestra integridad, que por cierto siempre está expuesta.
¿De qué guerra civil hablo?
De la que libramos cada día entre nosotros tratando de sobrevivir. Estamos unos contra otros, aunque nos hablemos, nos sonriamos, y nos abracemos…todo eso "hasta ahí nomás".
En todo momento me refiero a la generalidad que hace la realidad, no a los casos excepcionales dispersos y mínimos; porque como dice el refrán: una golondrina no hace verano.
Estar en guerra es haber perdido de vista al otro como parte de la unidad humana.
Estar en guerra es olvidar que nuestra conciencia es igual a la conciencia de los demás y que uno, es los demás.
Estar en guerra es permitir que el fraude, el engaño, la estafa, la desidia, la inoperancia, la falta de profesionalismo, y la delincuencia oficializada desde los gobiernos de turno nos impongan la pena de ser rehenes de sus incoherencias, ignorancias, desfachateces, desvergüenzas y que amparados en una multiplicidad de reglamentos fraudulentos intenten hacernos creer que están ordenando el caos. Lo que nosotros hacemos es "soportar", "escondernos" "agazaparnos".
No se puede ordenar el caos si no hay moral. Y no hablo de la moral de manual de colegio; hablo de la moral que implica integrar la vida toda en el sentido de formar parte de ella y en el respeto que de esa conciencia se infiere,considerarnos mutuamente.
No se puede administrar justicia si se vive en el desorden. Desorden que surge de la discapacidad para relacionar de manera armoniosa: lo que se piensa con lo que se dice y con lo que se hace.
No se puede eliminar la delincuencia si desde los estamentos oficiales se delinque bajo el amparo de fueros y amiguismos que tejen y destejen la misma trama con diferentes colores.
Estar en guerra civil es sentir que no se puede confiar en los médicos, ni en los profesionales de la rama que sea; que enfermarse pasa a ser una experiencia desoladora que nos enfrenta con el mercantilismo salvaje de los entes de la salud.
Estar en guerra civil es haber perdido el rumbo del sistema educativo.
Estar en guerra civil es padecer lo que hace apenas unos días, ciertos gremios le hicieron a sus congéneres. (Y que le seguirán haciendo). Cuando ya no hay sentimientos de patria, cuando se ha perdido el sentido de ser parte de todo lo que el país es, y se vulneran con violencia desmedida los espacios comunes, se está tirando del gatillo sin importar nada.
Estar en guerra civil es la actitud contenida de violencia que se expresa yoicamente exponiendo los instintos más irracionales, en virtud de disponer de un razonamiento personal que desconoce al otro como parte integral de la realidad. No se pueden consensuar los diferentes puntos de vista, en el sentido de trabajar por un Estado objetivamente separado de partidos e ideologías multipartidarias, para conformar una identidad con proyectos comunes tendientes al bienestar de todos y "no de una parte" de la sociedad.
Se está en guerra civil cuando uno descubre que "todo parece estar bien" mientras no se tengan problemas" Es decir, mientras no se necesite a un médico, a un hospital, a un oficial de justicia, a un abogado, a un arquitecto, a un albañil, a un… lo que sea que usted esté necesitando; porque será en ese instante en que se dará cuenta que el otro es alguien que está agazapado y escudado detrás de su título o su oficio para abusar de su confianza. Eso es estar en guerra. No poder confiar en nadie. Cualquiera puede herirnos de muerte. Ya no se honran las profesiones y oficios; cualquiera puede ser cualquier cosa.
Estar en guerra es sufrir el deterioro de las instituciones. Es sentir que las excepciones, o sea, hacer lo que se debe hacer, son hechos loables, destacables, cuando debieran ser parte de la naturaleza de lo que es.
Estar en guerra es estar, como nosotros estamos, considerando que cuando un ladrón nos asalta "por lo menos no nos mata" y no hacer nada.
Estar en guerra civil es tener legisladores onanistas que desconocen la realidad, no porque no se den cuenta de lo que ocurre, sino porque no les conviene corregir lo que sucede, ya que a río revuelto ganancia de pescadores. Legislar y darle al país leyes adecuadas a los tiempos que corren parece ser una tarea que los supera.
Estar en guerra es atacar al hombre común, al ciudadano, con impuestazos, pagos dislocados de servicios que aumentan indiscriminadamente, multas que parecen devenir, no de una necesidad de educar, sino de recaudar; donde los dagnificados deben someterse al juicio de sujetos que ejecutan órdenes y aplican sanciones sin capacidad para discriminar un acto de otro.
Cada uno de los aspectos que conforman el tejido social es una trinchera desde la que se ataca al hermano sin importar nada.
Estar en guerra civil es atentar contra nuestros semejantes en la creencia de que estamos cuidando nuestra propia vida.
Y finalmente estamos en guerra civil porque no nos interesa nuestro compatriota, a menos que podamos sacarle algo que nos permita continuar creyendo que estamos vivos; regidos por un pensamiento psicótico de bienestar, donde ya no queda espacio para la comprensión, ni para el amor, ni la amistad, ni el compañerismo. Y lo más grave: «parece que somos humanos, sólo parece»… hasta que nos quitan el velo de la simulación, de la hipocresía, de las innumerables agachadas con las que respondemos, siempre en la creencia de estar defendiéndonos de quien nos ataca, salvaguardando lo que consideramos nuestra vida, enajenada, del resto de las vidas.
Por eso y por mucho más estamos en guerra civil y porque además los argentinos «no nos levantamos pensando en lo que podemos hacer para mejorar nuestra interioridad, sino en ver cómo hacer para embromar al prójimo.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Presentación en la Casa de la Cultura de Alta Gracia del libro

Cuestión de palabras
de Nora Moyano Unamuno

Editado por Pirca Ediciones

Libros, presentaciones y espectáculos



Se perdona tanto como se ama
Una vida de Clotilde Sabattini de Barón Biza


Novela

176 páginas

Pirca Ediciones

$ 35

edicionespirca@hotmail.com


Una mujer singular. Talentosa, Inteligente, y plena de pasión creativa. Hija del ilustre Amadeo Sabattini y esposa del controvertido Barón Biza.
José Luis Thomas, traza un perfil de esta heroína nacional que trascendió los apellidos masculinos y supo ser mujer-persona.
Clotilde Sabattini luchó por los derechos de la mujer en el ámbito social y político y trabajó por la Educación, dándole a la Argentina un lugar de privilegio.Se perdona tanto como se ama
Una vida de Clotilde Sabattini de Barón Biza



La Serranita, su historia


En coautoría con Norberto García Yudé

80 páginas

Pirca Ediciones



Recopilación de datos históricos desde su fundación hasta nuestros días, con documentos, fotografías y anécdotas relatadas por los lugareños.



Villa Serrana situada sobre la ruta cinco entre Alta Gracia y Dique de Los Molinos.